Al fin de la batalla, y muerto el combatiente, este intentará descifrar el porqué de su derrota, y el porqué de su 8%, yo te ayudo, no te preocupes.

Han pasado algunas horas desde el flash electoral donde -como hace 4 años- la señora Keiko Fujimori quedara primera, duplicando en porcentaje a su perseguidor más cercano, y dejando atrás al único movimiento libre de poderes económicos.

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Sabes Barnechea, pensé que era culpa nuestra el que no seas presidente, pensé que era culpa nuestra que tengas 8%, pensé que era culpa nuestra elegir a la primera dama de la corrupción, a la sobrina de Montesinos, a la enemiga de su propia madre, pensé que era nuestra culpa que tu carrera política se termine el 10 de abril –no será raro que en estos 4 años, haya una carrera de desprestigio en tu contra como la hay ahora contra Guzmán- pero no, he caído en la cuenta que no es nuestra culpa, y ni siquiera es compartida, la culpa es tuya y solamente tuya.

Es tu culpa por hacer política limpia, por mostrar una cara diferente, por no recibir comida que no te gusta para ganar electores, es tu culpa por que tu premisa fue “una campaña de ideas” y la gente prefiere un baile ridículo a eso, fue tu culpa por tener en tu casa una de las mejores bibliotecas del Perú –que cualquiera persona que lee envidiaría- es tu culpa por no atacar e insultar a Acuña cuando todos lo hicieron, es tu culpa por no ser amigo de los Miró Quezada, que ni una portada te brindaron, es tu culpa por hablar del legado de Fernando Belaunde que nadie conoce, porque nadie sabe quién es Belaunde, es tu culpa por no alinearte con las mineras, por no ponerte un sombrero, por no regalar víveres, por no tener amigos en el Jurado Nacional de Elecciones, por ser el único candidato elegido en primarias de un partido, es tu culpa por no tener un partido cuyo símbolo sea la letra de tu nombre, por no tener pasaporte americano, por no haber corrompido todas las instituciones públicas comenzando por el poder judicial, es tu culpa por ser blanco, simpático y de clase alta, por no tener con que atacarte, por no ser amigo de Baruch, por no ser amigo de Jurgensen, por no rendirle cuentas a los Capuñay, es tu culpa por ser periodista y por ser ‘inteligente’, fuiste tú el que tuvo conversaciones con Borges, Bryce Echenique, Julio Cortázar, José Donoso, Jorge Edwards, Carlos Fuentes, Álvaro Mutis, Juan Carlos Onetti, Octavio Paz, Manuel Puig, Ernesto Sábato y Mario Vargas Llosa, eras tú el que discutía con Haya de la Torre y conversaba con él temas tan ‘poco interesantes’ para un país que a diario busca en el quiosco de la esquina el diario El trome, es tu culpa no tener universidades que avalen tu campaña, por no tener dinero para los comerciales, por no venderte al mejor postor, es tu culpa por postular por amor al Perú y no por otro motivo, es tu culpa porque ofreciste algo que el Perú no tuvo hace mucho y que la verdad no quiere tener. Es tu culpa, y solo tu culpa el hacer política limpia, que parece que nadie conoce y nadie respeta.